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BLANCA EXPLICANDOLA DRA. BLANCA GASCÓ IMPARTE UN SEMINARIO SOBRE EL MÉTODO YUEN EN VALENCIA

El Seminario sobre el Módulo o Nivel I del Método Yuen, que la Doctora Blanca Gascó ha impartido este fin de semana, en el Espai La Clau de Valencia, ha sido un éxito, tanto por el número de personas que se inscribieron, como por la dinámica de aprendizaje y por la empatía que surgió entre los propios participantes.

En el Módulo I del Método del Dr. Kam Yuen se aprende a diferenciar los distintos niveles de energía que cada individuo posee en un determinado momento, es decir a ser capaces de ‘saber’ si estamos fuertes o débiles ante una situación determinada.

El principio básico del Método se concentra en la técnica de reequilibrar ese quantum de energía: identificar lo que es débil y fortalecerlo, así como fortalecer las debilidades subyacentes a los problemas de toda índole que se clasifican en 6 nivelesfísico, mental, emocional, psicológico, psíquico y  espiritual y que puedan presentarse en nuestra vida.  A su vez estos niveles están contenidos en la triada cuerpo-mente-espíritu.

El Método aplica unos determinados protocolos para corregir la debilidad principal tanto como las secundarias, en una secuencia donde se borra o elimina la causa primera de la debilidad y se van eliminando paulatinamente las debilidades especificas generadas a partir de la raíz principal del problema: factores claves, profundos y a veces ocultos que nos ocasionan el dolor, la enfermedad o cualquier estado psíquico negativo.

Blanca Gascó. Método mama canguro

BLANCA GASCÓ, NEONATÓLOGA DE LA FE, FUE LA DISEÑADORA DE UN EQUIPO CANGURO PARA MADRES Y RECIÉN NACIDOS

El conjunto mejora la sujección del bebé en el regazo y permite que la puérpera y el padre se relajen y estén más cerca de sus hijos recién nacidos.

LEVANTE-EMV  La neonatóloga Blanca Gascó, del Servicio de Neonatología del Hospital La Fe ha diseñado unas prendas de ropa de estilo canguro para que el bebé quede sujeto a la madre o al padre, a la vez que estos puedan relajarse.
Se trata de una iniciativa pionera en España que mejora la sujeción del bebé al regazo.

El conjunto textil, ideado por la neonatóloga Blanca Gascó, está compuesto por una faja que facilita la sujección del bebé al tórax de la madre, o del padre, y una sobrecamisa que cubre la parte superior del cuerpo que protege y abriga al progenitor.
La prenda está confeccionado en dos colores, blanco y beis, es de un material lavable y está disponible en varias tallas.
La doctora Blanca Gascó ha afirmado que «el principal objetivo de este conjunto es dar un paso más en la calidad del método canguro», ya que gracias a esta sujección, «la madre puede descansar los brazos, mientras está apoyada en un sillón y llegar al máximo nivel de relajación, de modo que el vínculo afectivo entre madre e hijo llega a ser mejor».
El método canguro requiere un período de tiempo superior a una o dos horas, por lo que es necesaria una postura cómoda, con la espalda bien apoyada y mover los brazos regularmente para evitar entumecimientos.

El doctor Vicente Roqués, jefe de ese servicio y presidente del comité organizativo del XXII Congreso Nacional de Neonatología que se celebra en Valencia en el mes de octubre, ha destacado como principales beneficios de esta práctica, «que los niños tienen ciclos de sueño más tranquilos, menos estrés, ganan peso y tienen menos infecciones». Además, «los padres se sienten más cercanos a su bebé, se fortalece el vínculo afectivo y sobre todo, se desarrollan mejor neurológicamente», ha afirmado Roqués.

Blanca Gascó. Mares DoulasBLANCA GASCÓ EN LA VI FORMACIÓN DE MARES DOULAS

La Doctora Blanca Gascó, Neonatóloga, ha vivido de cerca todas las circunstancias que acompañan a un bebé prematuro y nos introduce con tacto en las unidades de prematuros y nos explica los cuidados que se aplican.

Hay muchas situaciones que hay que tener en cuenta, sobre todo el compromiso de los padres y  de los sanitarios. Nos expone con claridad las posibilidades que tiene el bebé, que es lo que siente, que esperamos de él. En su curso reforzamos la importancia que el abrazo y la contención tienen en nuestra función como Doulas y entendemos como puede ayudar nuestra presencia en situaciones tan delicadas.

hipnosisMITOS Y REALIDADES DE LA HIPNOSIS

Artículo de Jenny Moix Queralto, aparecido en El País.

Nunca a través de la hipnosis se puede conseguir que alguien realice un acto en contra de su voluntad. Lo contrario es uno de los muchos mitos que flotan por encima de este concepto.

En algunas mentes, esta palabra es la llave de una vieja y chirriante puerta que conduce a un mundo mágico-esotérico. A otras, las trasporta a un escenario donde un ridículo voluntario imita a una gallina o se come una cebolla como si estuviera degustando una deliciosa manzana. Muy lejos de estas visiones, los científicos consideran la hipnosis como un fenómeno psicológico que se estudia dentro de los laboratorios. Y para los profesionales de la salud es una técnica que puede aumentar la efectividad de muchas terapias. Debido a estas nuevas formas de comprender su práctica existen sociedades científicas que la estudian, revistas rigurosas sobre el tema, cientos de investigaciones publicadas, másteres universitarios…, que poco a poco están barriendo esa atmosfera fantasmagórica que la envuelve.

Trance. Un profundo y soporífico trance donde el sujeto se ve inmerso siguiendo la voz grave y lenta del hipnotizador, acatando sus órdenes como si fuera un fiel autómata. No. La hipnosis no es nada de eso. De entrada, no existe ningún trance, ningún estado alterado de conciencia. Esto es, la persona no entra en una condición especial diferente a la de la vigilia. Las investigaciones han demostrado que no existen indicadores psicofisiológicos o neurofisiológicos exclusivos del estado hipnótico.

Si no es un trance, ¿qué es?. Una de las definiciones más comprensibles es la de Robert Fisher: “es un estado de la mente en el que la gente puede entrar y salir con frecuencia sin necesidad de ser hipnotizado. Es como ir al cine y olvidarse del ruido de las palomitas, de la conversación de los otros y del runrún del aire acondicionado, porque la atención se centra en la película”.

Adentrémonos en esta metáfora. Cuan­­do estamos sentados ante la inmensidad de la pantalla, si la película nos gusta, es como si entráramos dentro de ella y nos quedáramos atrapados allí. La vivimos. Y nuestro cerebro no está atento a nada más, incluso las preocupaciones quedan fuera. El argumento nos lleva donde quiere. Y logra provocar en nosotros todo tipo de reacciones fisiológicas. Nos puede hacer llorar o reír. Cuando se trata de un trepidante thriller se nos puede acelerar el corazón o detener la respiración. Sin embargo, no estamos inconscientes, somos totalmente conscientes. En la hipnosis ocurre lo mismo, nuestra conciencia no está alterada, sino que la atención se centra en unas palabras, y ellas, como el argumento de una película, pueden lograr provocarnos diferentes reacciones.

En una pequeña práctica de grupo con alumnos de primero de la carrera de Psicología es fácil conseguir que muchos de ellos (alrededor de 80) respondan a sencillas sugestiones. Pueden notar que una parte del cuerpo les pesa mucho o, por el contrario, sentir que flota. Experimentar que una mano se queda pegada a la otra. Sentir cómo el cuerpo se balancea solo. O pueden empezar a salivar cuando se les hace entrar en una historia donde el protagonista es un jugoso limón.

Con la hipnosis se puede ir mucho más allá. Se puede conseguir que un sujeto alucine, que vea un elefante delante de él. O por el contrario, que experimente una alucinación negativa, que la mesa que tiene enfrente desaparezca de su vista. De la mente de la persona hipnotizada también se puede eliminar información. Como si utilizáramos una goma de borrar, se puede extraer el número cinco de su cerebro. De tal forma, que cuando se le pide que cuente sus dedos uno a uno, empieza: uno, dos, tres, cuatro, seis, siete, ocho, nueve, diez y once. Y se queda perplejo de tener ¡once dedos!

Antes de que se inventara la anestesia, las intervenciones quirúrgicas eran cruelmente dolorosas. En 1843, John Elliot­­son publicó un trabajo donde describía numerosos casos que fueron intervenidos quirúrgicamente sin dolor gracias a la hipnosis. Desgraciadamente, esta utilización se tachó de fraudulenta. El descubrimiento de la anestesia en aquellos años relegó la práctica definitivamente al olvido. Recientemente, en revistas tan prestigiosas como The Lancet se han publicado artículos donde se muestra la efectividad de la hipnosis como agente analgésico. Si todo el esfuerzo que estamos dedicando a diseñar nuevos químicos lo dirigiéramos a profundizar en los poderes de nuestra propia mente, las películas de ciencia ficción se quedarían cortas comparadas con la realidad.

También se puede conseguir, en algunos casos, que los sujetos hipnotizados experimenten “regresiones” a la infancia o a la juventud. La pregunta clave es: ¿realmente la memoria se incrementa o son solo imaginaciones? Es cierto que la hipnosis puede provocar la evocación de recuerdos olvidados, pero a veces la imaginación también pone su sal. Para comprobarlo se comparan las descripciones que relatan los sujetos de esos episodios infantiles con las de sus padres, y en muchos casos existen discordancias. “Recuerdo mi quinto cumpleaños en el piso de la calle de Pérez Galdós perfectamente. Los muebles, la gente que había…”. Y después, el familiar corrige esta nítida visión, argumentando que en esa época ya se habían mudado a otra casa. A los psicólogos nos les importa demasiado que esos recuerdos no sean fieles a la realidad, porque lo que afecta al sujeto no es lo que le pasó realmente, sino su recuerdo, esa invención o experiencia subjetiva.

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